martes, 16 de junio de 2009

Movimientos

Hace algunos años atrás, Pierre Villepreux decía que el rugby del futuro debería ser espectacular y eficiente. Espectacular porque no sólo debía ser divertido para los jugadores, sino que también debía serlo para el público que lo presenciaba.

Pero, al mismo tiempo, decía el entrenador francés, eficiente, porque además de un juego espectacular, se jugaba para poder ganar ya que nada por más espectacular que sea puede cambiar el placer de una victoria.

Esto nos remite a otra idea: el rugby debe ser un juego dinámico, donde prevalezca la continuidad. Sin distinción de forwards ni de backs. Reduciendo las antiguas diferencias del juego de cada una de las secciones, sin cristalización de roles ni obediencia a esquemas perimidos.

Por ejemplo: que un forward cumpla circunstancialmente la función de un tres cuarto o a la inversa, que un tres cuarto se vea involucrado en el juego de forwards.

El rugby del futuro, espectacular y eficiente, como lo preconizaba Villepreux es sinónimo de juego dinámico. En él se pone el acento en la continuidad y se le da mayor importancia al pase por sobre otro tipo de formaciones o habilidades. El rugby sólo puede ser jugado por jugadores que toman decisiones adecuadas, es decir, que cuando haya que pasar la pelota se pase, cuando haya que penetrar se penetre o cuando haya que patear se patee.

Sin duda un concepto que todavía no ha sido mejorado y que no es otra cosa que una redefinición de una idea que siempre estuvo implícita en el juego. Es muy importante que juegue bien a partir de las formaciones fijas (line y scrum) porque de tales situaciones es de donde se originan las otras fases del juego, las dinámicas (maul y ruck). Concretamente, siempre que un jugador tome la pelota, el portador de la misma y el disponible o los disponibles en condiciones de entrar en juego inmediatamente tienen tres opciones prioritarias:

1º.- Si la oposición está dispersa se avanza por el eje profundo mediante un juego agrupado y penetrante. Atacar por el eje profundo es penetrar, y penetrar no es chocar sino buscar de pasar por los espacios vacíos (la materia es impenetrable). Una vez alguien me lo clarificó con este ejemplo: penetrar es como ingresar en un bosque, uno no entra en un bosque chocando al primer árbol, volteándolo y después chocando al otro y volteándolo para seguir avanzando. Uno entra a un bosque en el espacio vacío que hay entre dos árboles, ese es el concepto de avanzar por el eje profundo. El pase, cuando se ataca penetrando, se efectúa antes del choque, porque en algún momento, la realidad cambiante hace que se produzca el contacto. Antes del choque porque chocar y luego pasar la pelota puede ocasionar un pase defectuoso o un movimiento muy impreciso.

2º.- Si la oposición está agrupada habrá que desplegar el juego lanzando el ataque por el eje lateral. Atacar por el eje lateral es hacerlo mediante un juego desplegado que permita alejar la pelota de la concentración de jugadores oponentes, ¡una vez lograda la superioridad numérica.

3º.- Si la oposición está en forma de barrera frontal, la opción es atacar mediante un kick por sobre esa barrera y llegar a recuperar la pelota, al menos, en el mismo momento que el adversario, hacerlo después sería regalarle la pelota al rival y permitirle organizar un contraataque.

Ante todo el jugador es responsable de la posesión de la pelota por parte de su equipo. Cada jugador será dueño de decidir lo que quiera pero en función de su equipo y de las pautas estratégicas diagramadas por su entrenador.

Los movimientos cambiantes de la defensa van obligando continuamente a los jugadores a tomar decisiones.

La presión nos permitirá crear y mantener un desequilibrio entre los dos equipos generando en la oposición un momento de incertidumbre que es el ideal para que nuestro equipo gane terreno avanzando permanentemente.


Fuente: http://netprosolutions.com/Mohicanosblog/?p=189

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