miércoles, 29 de septiembre de 2010

Consejos para el aspirante a apertura

CONSEJOS PARA EL ASPIRANTE A APERTURA

Autor: Stuart Barnes

Traducción y adaptación: Juan A. Arenas y Carlos Arenas

Fuente: www.rfu.com www.ferugby.com

Stuart Barnes realiza transmisiones para SkySports y escribe para el Sunday Times. Jugó de apertura en Newport, Bristol y Bath, obtuvo 10 internacionalidades con Inglaterra y plaza en la gira de los Lions a Nueva Zelanda de 1993. Formó parte de equipos que ganaron 5 títulos de liga y 8 copas, una con Bristol y el resto con Bath

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Vamos a ser totalmente hipotéticos acerca de esto; cómo construir al perfecto medio de apertura. ¿Cuál es el punto de partida? La primera respuesta puede ser negativa pero importante, no en el gimnasio.

La tentación de cargar en el banco de prensa con 2 elefantes machos al estilo y con la grandiosidad de Jonny Wilkinson sería estupenda. Pero también hay algo sorprendente en este pequeño número 10 al verle tacklear a los delanteros contrarios. Con toda certeza esta llega a ser la principal característica del juego del inglés, aunque también tiene una actitud de uno en un millón respecto a las cualidades físicas.

Él va por encima y más allá de la llamada del deber.

Naturalmente, necesitarás un nivel suficiente de fuerza muscular para jugar un partido, y cuanto más alto sea el nivel de la competición más fuerza se requiere. Pero echa una mirada a un video de Andrew Mehrtens de Nueva Zelanda o de Stephen Larkham de Australia, puedes alcanzar todo ese nivel físico sin vivir en un gimnasio.

Obviamente, el rugby requiere fuerza, pero para algunas posiciones se depende más de la fuerza mental y de la destreza que de la proeza física. El apertura es quizás las principal posición en esos requerimientos. La palabra clave en tu léxico como apertura es la comprensión; debes, en primer lugar, comprender el juego. Tienes que comprender las razones del por qué pateas, pasas y corres, las razones de por qué chillas a tu medio scrum para que libere rápido la pelota, lo haga lento o no lo pase. Tienes que ser un general y tienes que estar preparado para intimidar a aquellos que son, normalmente, mucho más grandes que tu. ¡Manda en el partido!

Dirige el partido. No serás capaz de hacerlo hasta que no te hayas sumergido en el mismo. El apertura es más que un pateador de drops, o de conversiones; debería ser un diente primordial en la rueda dentada del equipo. Los buenos equipos tienen buenos aperturas y los buenos aperturas controlan el partido. El cerebro tiene que estar pensando por delante de lo que ocurre a tu alrededor, especialmente con los oponentes.

Algunos aperturas encuentran esto más fácil que otros. Algunos son afortunados de haber nacido con un ingenio algo más agudo y con más velocidad de pensamiento. En la prensa tales jugadores son generalmente considerados como jugadores con instinto. La gran noticia es que tú puedes llegar a ser instintivo; pocos han nacido con ese peculiar señorío. Lo que hizo de Wilkinson el jugador que ha llegado a ser fue el trabajo que desarrolló respecto a su pensamiento básico y a la comprensión del juego y, posteriormente, las prácticas de las habilidades que le permitieron utilizar dichos conocimientos.

Pasar es probablemente incluso más importante que patear si quieres desarrollar un rugby abierto. Stephen Larkham parece el pasador más natural del mundo y habrás oído o leído sobre las habilidades naturales en el pase de Charlie Hodgson. En cierto modo lo anterior es una “chorrada” (respecto a lo natural). Todavía estoy por ver a un niño salir del vientre de su madre y hacer un pase con salto de 20 metros con ambas manos.

Esta es la primera habilidad en la que trabajar. Si el apertura no es igualmente hábil con ambas manos, un defensa puede calcular el probable juego de pases. Lo mejor es la fluidez con izquierda y derecha, Brian Ashton, ahora director de “Academy Sistem”, solía hablar conmigo en Bath y fomentó en mí esa habilidad poco intuitiva. Intenta lo que conseguía hacer con nosotros. Tu medio scrum te lanza un pase mientras que un compañero permanece de pie a dos pasos y enfrente tuyo. Tan pronto como toques el balón, el avanza hacía ti y te fuerza a realizar un pase bajo presión. Mantente haciendo este ejercicio hasta que puedas pasar el balón a tu centro en una fracción de segundo.

Después incluye a dos compañeros atacantes y a dos defensores. Los defensores permanecen inmóviles pero tus colegas atacantes saldrán tarde de sus posiciones. Uno correrá hacia su defensor el otro al espacio. Tú tienes que aprender a ver el espacio y dar el pase correcto. Cuanto más rápido veas el pase “asesino” menos tiempo tiene el defensor para reaccionar, y tu corredor “navegará” gloriosamente a través del hueco. Cuando desarrolles rapidez de mente junto a la velocidad de manos serás un 10 que puede causar problemas.

David Skrela merece una breve mención. El apertura del Stade Français es fornido, por decirlo de alguna forma. El no vive aún en el gimnasio y es un miembro clave de uno de los mejores clubes de Europa. ¿Por qué? A causa de su velocidad de mente y a su habilidad técnica para ejecutar el pase correcto. Pasar es una herramienta del oficio sin la cuál no tendrás éxito. El componente físico clave del pase es la aceleración. Una vez que hayas dominado las habilidades del pase, te encontrarás cada vez más plano cuando quieras mantener el balón y atacar por el centro. Los defensas quieren un segundo extra para reajustarse. Debes privarles de ese segundo cuando estás en la línea de ventaja. Esto te llevará meses o años de ejercicios con tus amigos de pie casi en tu cara cuando tomes y pases con precisión, pero merece la pena.

Añade ritmo de salida y harás incluso más infernal la vida de tus rivales, maravilloso. Déjales derivar sobre el rápido centro que amenaza la línea de ventaja. El siete o el equipo rival barre y ¡bang!, pasarás rápidamente por el hueco. Nadie es rápido por naturaleza, pero puedes trabajar para mejorar tu velocidad. Wilkinson no es un esprinter pero potenció su velocidad y observó los ejercicios de entrenamiento de Jason Robinson para desarrollar un ingenioso trabajo de pies para desequilibrar a los defensores. Incluso si no puedes pasar por el hueco con claridad, puedes tomarlos desequilibrados y conseguir llegar a mitad del camino de sobrepasar el hueco, tus apoyos deberían estar atravesando los suyos.

Además existe otra cosa en el juego del apertura, la patada. Los aperturas que sólo pasan o sólo patean están limitados. La oposición conoce demasiado fácilmente como “leerte”. Emplea tu tiempo pateando la pelota y no te concentres en un solo pie; si exclusivamente pateas con la derecha, un flanker que lo descubra tendrá como tarea el empujarte sobre tu lado izquierdo y los

espectadores te abuchearán cuando tu patada salga con efecto, o se lamentarán cuando has pateado débilmente contra los brazos del flanker que te ha puesto una pantalla. Es vital ser capaz de patear con ambas piernas. No es muy divertido patear con la pierna mala que manda el balón a lateral mientras cojeas, pero ayuda, y se mejora con un poco de cuidado y de atención. Una vez que has golpeado bien la pelota, pide a un compañero de equipo que te ponga algo de presión sobre la patada. En un partido dispones de poco tiempo, incluso si estás perfectamente posicionado para patear.

Volviendo a la comprensión, piensa donde te encuentras. Es fácil conseguir tiempo para que la oposición no te presione, pero si permaneces seguro detrás de tus delanteros, los rivales no podrán llegar a ti pero sabrán que no vas a amenazarlo con tu línea de tres cuartos. Si está azotando el viento y la lluvia y quieres ganar territorio no es bueno patear sobre todo si tienes a Brian O´Driscoll esperando en profundidad para sacar ventaja. Tu trabajo es mantener al equipo pensando.

Esto es el por qué acabaré lo mismo que comencé.

Si, debes ser al menos un tackleador competente. Parte de esta cualidad depende de la técnica. Físico y fuerza son importantes, pero son de menos importancia para un número 10 que para cualquier otra posición. Necesitas una mente rápida y habilidad instintiva para el juego, tanto a la mano como al pie, sin mencionar algo de velocidad en 10 m. Desarrollar estos aspectos del juego y comunicarles a los delanteros cuando quieres una pelota rápida o lenta: toma prestado de George Orwell, cuando vas a utilizar a tus tres cuartos, lo siguiente “una pelota rápida es buena, una pelota lenta es mala”.

No seas tímido, se el jefe, pero recuerda, el asunto no es lo buena persona que dice la gente que eres, un poco más de ejercicios de pases, algunas horas más mirando a Mehrtens y a Larkham te hará mejor. Buena suerte, pero reduce el tiempo en el gimnasio y sal al campo de entrenamiento.

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