martes, 7 de julio de 2009

LAS SOCIEDADES DENTRO DEL JUEGO (primera parte)

La Subcomisión de Difusión de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) realizó una clínica de rugby dictada por el profesor Daniel Graco sobre el tema: "Las Sociedades dentro del juego". Esta clínica forma parte del programa de capacitación para los entrenadores de la URBA. Días de Rugby estuvo allí y pudo tomar estos apuntes que aquí les ofrecemos.

Apunte tomado en la Clínica de Rugby dictada por el profesor Daniel Graco

LAS CELULAS OFENSIVAS
"Mucha gente habla de un juego nuevo pero, si nos retrotraemos a tiempos pasados todo este tipo de cosas en algún momento ya se han desarrollado. O con otro nombre, o de otra manera, pero ya se han desarrollado. Simplemente el devenir del tiempo hace que de alguna manera u otra tengamos un léxico nuevo que sería muy bueno unificarlo, logrando un lenguaje común entre los entrenadores para uniformar los criterios de juego y la formación de nuestros jugadores, evitando el lenguaje confuso y difícil que, encima de confuso y difícil, es diferente... con el agravante que nuestros jugadores, que tal vez estén recibiendo el mismo mensaje, no terminan de comprenderlo del todo".

"En cuanto al asunto a desarrollar. Indudablemente, uno de los temas más consultados y en el cual se tiende a lograr una unificación de criterios es el del juego de ataque".

"Esto es, si logramos retener la pelota con la calidad suficiente para desarrollar un juego que sea efectivo. En este juego altamente desarrollado desde el punto de vista del espacio-tiempo (según se está dando en estos momentos), uno de los mayores problemas que tiene el rugby argentino y que se da a todo nivel (club, selección provincial o nacional), más allá de los perfiles de jugadores, pasa por la problemática del contacto físico o la problemática del apoyo".

"Casi siempre desarrollamos mucho la discusión sobre el tema apoyo. Siempre decimos que los jugadores extranjeros (de los países desarrollados) están mucho más disponibles para el juego que nuestros jugadores. La problemática del apoyo está siendo un punto clave en el juego reducido (seven) y, en definitiva, la problemática del apoyo pasa por metodologías de entrenamiento y por el hecho conceptual de los roles funcionales que debe tener un jugador dentro del campo".

"En el rugby actual se ha llegado a discriminar o atomizar a cada uno de los movimientos del juego. Por ende, de acuerdo a la ubicación que ocupan los jugadores en el momento que se desencadena el juego, sea a partir de formaciones fijas o a partir de puntos de lanzamiento, comienzan a establecerse pequeñas sociedades o células que van tomando la forma de un organismo viviente. Cada una de esas células van ocupando su espacio en este juego de posición y van desarrollando un juego determinado. Se habla de células activas, porque tal vez les toca estar en contacto directo con la pelota o de células latentes que están esperando el momento más adecuado para entrar en acción".

"Si vamos teniendo en claro todas estas pequeñas mini sociedades y cómo van a desarrollar el juego de apoyo, posiblemente mejoremos este aspecto del rugby y posiblemente el jugador tenga mucho más claro cuáles son sus roles a desempeñar cuando el juego se desencadene y, posiblemente, tengamos jugadores mucho más disponibles dentro del campo de juego y a su vez, sabiendo qué función van a cumplir".

"Un punto de partida interesante es el tema de errores de manejo. Por ejemplo, la estadística señala que el número de esos errores en un Test-Match entre seleccionados de primer nivel de 1971 fue de 30, mientras que en el partido Australia vs. Nueva Zelanda del Tri-Nations de 2000 fue de 22. Si bien no parece tanta la diferencia, lo significativo resulta al observar que hubo tres veces más cantidad de pases que hace treinta años atrás. Si ahora analizamos la relación pases-errores, veremos que en 1971 era de 5 á 1, mientras que en 2000 fue de 15 á 1. Ello nos lleva a reflexionar que, al minimizar los errores, resulta relevante el sistema de apoyos a partir de estas células alrededor de la pelota".

"En estos primeros años del siglo XXI se observa un crecimiento de la capacidad en el juego con contacto físico como nunca la hubo. En la década del '80 se mejoró la parte física. En la década del '90 se mejoró la actitud mental relativa al contacto físico. Pero la década del '70 fue aquella en la que vimos jugadores con mejores destrezas individuales sobre todo si recordamos aquel histórico seleccionado de Gales (más allá que tuvieran el espacio y tiempo necesarios para realizarlas)".

Sobre este punto, Daniel Graco sostiene: "Creo que hay que volver al nivel de destrezas individuales depuradas de la década del '70 pero achicando la relación espacio-tiempo ya que, ahora va a estar más presente el contacto físico. Todo esto se ve en la mejora del contacto físico del portador y en la evolución que ha tenido el juego de las apoyos".

En un estudio que comenzó en Canadá y continuado por la Federación Española de Rugby quedó demostrado que si tenemos problemas de apoyo eso se va a reflejar en la falta de conservación de la pelota y por ende en la escasa eficacia que se va a tener en el juego dinámico. Otras conclusiones llevaron a los investigadores a señalar que:

La calidad de los primeros contactos debe orientarse a llevar la iniciativa respecto al defensor.

Se constata una mejora de trabajo en la estructura de apoyo al portador del balón ya que el hecho de jugar avanzando o retrocediendo no condiciona la conservación. El trabajo planteaba que habiendo avanzado o habiendo retrocedido, pero con una apoyatura adecuada, la eficacia en la posesión de la pelota era la misma. El problema será, entonces, la calidad de la pelota que se va a utilizar.

Orientar el trabajo de preparar el balón hacia el pensamiento colectivo. Jugar cerca de los apoyos.

El trabajo de los apoyos no puede estandarizarse. Hay que acostumbrar al jugador a resolver de acuerdo a la situación. Cada situación en el rugby, como juego de posición, es diferente. El rugby no es un juego cíclico cerrado. Sin embargo podemos conceptualizar esto de las mini sociedades orientadas en cada sector del campo de juego para que se activen en forma inmediata y dinámica de acuerdo a la situación que se está planteando en la cancha. Es necesario no estandarizar al jugador sino ponerlo en situación de cumplir el rol que tiene que cumplir.

El equipo defensor tiene pocas opciones de recuperar este balón. Hay que pensar cómo destruir el juego atacante al inicio de los contactos. De aquí el surgimiento de una nueva función: el "pescador", o sea, el jugador que trata de recuperar la pelota.

Entre las formas en que se logró la mayor eficacia para la conservación de la pelota, en esta investigación se señalan:

Cuantas más veces corto la línea de ventaja, mayor es la posibilidad de conservar la pelota. Esto es, se hace más eficaz la conservación de la pelota si corto la línea de la ventaja.
Contactar cerca de la fuente. Porque la eficacia cerca de la fuente (origen de la obtención) me está asegurando que los apoyos lleguen rápidamente y el equipo pueda seguir conservando el balón.
Orientarse hacia el primer apoyo. Esta es una discusión muy frecuente. El jugador que contacta, ¿hacia dónde se debe orientar?. Los investigadores sostienen que se debe orientar hacia el primer apoyo. Si la estructura de apoyo es la correcta... es discutible. Si cuando contacto cerca de la fuente de obtención, el cuerpo del portador se posiciona hacia ese lugar, aparecen dificultades para que la pelota salga rápidamente. Si en cambio, posiciono el cuerpo entre la pelota y la fuente de salida de la pelota, es mucho más fácil conservarla. No así cuando desarrollo el juego mucho más afuera. Cuando voy al canal 2 o la canal 3 de juego, es muy probable que necesite colocar el cuerpo de manera tal que la pelota esté orientada hacia la fuente de obtención porque mis apoyos casi siempre van a ser internos, en su calidad no en su cantidad.
La mayor eficacia se ha logrado cuando el primer apoyo empuja. Esto es, el primer apoyo, cuando empuja, cuando tracciona sobre ese portador de la pelota que decidió ir al contacto, la pelota casi siempre se ha conservado.
Conceptualizar:

Principios de distribución cuando el juego se está desarrollando:

Lo más cerca de la pelota: quienes están más cerca de la pelota, en la medida de lo posible (tres al menos) son los que van a definir la situación. Lo que será necesario lograr en los entrenamientos es definir quién va a estar más cerca de la pelota (y esto está muy ligado al concepto de las células o mini sociedades). Esto es, establecer los roles. Darles funciones a los jugadores y lograr que el jugador asuma esa función y la lleve adelante. La capacidad del coach es saber si ese jugador está capacitado para llevar adelante el rol. Como entrenadores, no podemos ser tan generales y sí, ser más concretos con los jugadores.
Los siguientes restantes deben ponerse disponibles. O sea, para que haya una correcta distribución de la pelota y de los jugadores en el campo de juego, debemos tener en cuenta a los apoyos más cercanos y que los restantes estén disponibles.
¿Cómo se ponen disponibles los restantes?

Primero, tal vez, para limpiar la pelota. Porque, a los mejor, con los primeros apoyos no se logró limpiar la pelota.

Si no tienen que limpiar la pelota, tienen que tener algo en claro: tienen que apoyar primero en el eje y después, sino apoyan en el eje porque ven que la situación está clara, deben pasar a formar parte de la segunda línea de ataque. Para esa segunda línea de ataque, el entrenador dispone si entra escalonada para atacar los espacios libres, si están en una segunda línea de ataque a la misma altura, etc., o lo que quiera resolver tácticamente. Lo importante es que los jugadores sepan, conceptualmente, que esto es así.

Los siguientes, o sea, los jugadores que le siguen después, en espacio a ocupar de acuerdo a la pelota, reemplazando a la primera o segunda línea de ataque y participando en las tareas de conservación de la pelota.
Para poner un ejemplo concreto, veamos el Esquema Nº 1:



"En este ejemplo partimos de un scrum donde el Nº 9 le pasa la pelota al Nº 10 quien realiza un cruce con el Nº 12 para que éste intente romper la línea de ventaja y al lograrlo se instale en la zona delimitada por el rombo normal de apoyo (rombo amarillo). Para este tipo de situación debemos armar los apoyos necesarios y la sugerencia es la siguiente: el Nº 7 va a contactar como apoyo interno, el Nº 8 va a trabajar sobre el eje (sobre la cola del jugador) y el Nº 13 va a acompañar este movimiento de cruce como apoyo externo para definir la situación ya sea que le pasen o no le pasen la pelota".

"Así queda armado el rombo normal de apoyo. Este momento es el punto de partida del movimiento en el que comienzan a estructurarse las pequeñas células al activarse este movimiento. Ya sea porque son activas o, porque simplemente, están comenzando a activarse". Ver Esquema Nº 2.

"Entonces, de golpe, estas pequeñas células nos dicen que si el Nº 9 logra ubicar bien la pelota, tenemos al Nº 14, al Nº 15 y al Nº 11 disponibles para hacer un juego desplegado, por ejemplo, la célula de los tres del fondo de la cancha se activa para lograr un juego desplegado en caso que haya diferencia numérica. Aquí se manifiesta la toma de decisiones del medio scrum para habilitar a esos tres baks que ingresan a alta velocidad".





"La célula compuesta por el Nº 6 y el Nº 4, seguramente va a ser los jugadores con mejor disponibilidad para poder salir de esa situación, tal vez, es muy probable que sean los jugadores que hagan el juego penetrante agrupado. Por ejemplo, el jugador Nº 5 y el jugador Nº 2, constituyen una pequeña célula que pasa a ser flotante. Es una célula que sale de su posición inicial y puede colaborar con esa próxima situación o puede colaborar con un cambio de frente en el juego".

"La otra célula de las primeras líneas, Nº 1 y Nº 3 (los dos pilares) se ubican en el espacio señalado para cuando venga la pelota debido a un cambio de frente hacia los flotantes y se activan con la conservación de la pelota".

"Esto significa que tenemos los portadores de la pelota, con los primeros apoyos interno, externo y en el eje que aseguran la conservación de la pelota tratando de cumplir el hecho de cortar ventaja, de empujar, etc. Los apoyos subsiguientes pasan a estar disponibles para poder jugar en juego desplegado o en juego penetrante y en el que ya cada uno sabe a qué debe jugar".

"El resto de los apoyos, que son los más retrasados, pasan a ocupar el espacio de acuerdo a la situación que se le ha asignada a cada uno: flotadores, que son los jugadores que van a estar disponibles para limpiar y asegurar la conservación del balón en el segundo o tercer movimiento y tenemos los otros, que son una célula prácticamente inerte que se queda en una parte del campo de juego para activarse cuando se haga un cambio de frente asegurando la conservación de la pelota. Esto sería en una tercera o cuarta fase del juego".

"Entonces aquí vemos cómo comienza a tomar vida este organismo tomando posiciones en cada una de las situaciones que estamos planteando".

Apunte tomado en la Clínica de Rugby dictada por el profesor Daniel Graco

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